martes, 28 de agosto de 2007

Incendio al acto

El mundo en pausa volvía a circular despacio,

quedándose pegado a ratos

articulando detenidamente antes de lograr el movimiento completo.

Pronto todo volvería armónico a su lugar,

mientras en ella se acomodaba cada pieza de hueso cabello y piel

abarcando nuevamente de ritmo su espacio.

Sentía como si se llenase de azul marino

partiendo por la boca del vientre y de allí

esparciéndose por cada una de las piernas, pantorrillas y talones

hasta hervir en las plantas de los pies y en la yema

de cada uno de los dedos.

Hacia arriba ocurría similar,

el azul coqueteando desde el ombligo cosquilleaba en su cintura

convulsionaba los pechos,

enlazaba el cuello

y de un suspiro resbalaba la espalda,

permanecía quieto un segundo interminable en sus caderas

hasta saltar sin previo aviso a los hombros y entonces

enardecido deslizarse en cada brazo

llegando al codo

a la muñeca

para abrirse luego en las 5 rutas de los dedos,

y hervir las palmas y las yemas.


Sin comprender la fuga levantó el cuerpo

caminó a prisa los 9 pasos desde su habitación al baño

se desvistió y entró bajo el chorro de agua fría,

para entonces el azul la rebalsaba

y era imposible encontrar célula alguna que se librase de él.

Con los ojos cerrados sentía que se le escapaba hasta por las pestañas:

Ahora salivaba azul y hasta sonreía llorando azul

había pasado tanto tiempo dormida que se había olvidado.

De un tiritón la iniciativa llegaba al vértice

Ya era hora de trazar líneas formar círculos y completar semicírculos,

Vibración monumental que la situaba de nuevo

en la oportunidad de ser cascada.